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Cómo Yemen cambió todo

Red internacionalCómo Yemen cambió todo

Red Internacional - 30 de diciembre de 2023

De un solo golpe, Ansarullah de Yemen derrotó a Occidente y su orden basado en reglas.

   

Ya sea que se haya inventado en el norte de la India, el este de China o Asia central (desde Persia hasta el Turquestán), el ajedrez es un juego asiático. En el ajedrez, siempre llega un momento en que un solo peón es capaz de trastornar todo el tablero, generalmente mediante un movimiento en la última fila cuyo efecto es simplemente imposible de calcular.

Sí, un peón puede imponer un mástil sísmico. Esto es lo que está sucediendo actualmente geopolíticamente.

Los efectos en cascada de una sola medida en el tablero –el sorprendente y cuidadosamente selectivo bloqueo del Mar Rojo por parte de Ansarullah en Yemen– se extienden mucho más allá del transporte marítimo global, las cadenas de suministro y la guerra de corredores económicos. Por no hablar de la muy elogiada reducción de la proyección de fuerzas de la Armada estadounidense, que ya no es necesaria.

El movimiento de resistencia de Yemen, Ansarullah, ha dejado claro que cualquier barco afiliado o destinado a Israel será interceptado. Mientras Occidente está molesto y se considera un objetivo, el resto del mundo comprende perfectamente que todos los demás barcos pueden pasar libremente. Los petroleros rusos –así como barcos de China, Irán y el Sur Global– continúan pasando por Bab al-Mandeb (punto más estrecho: 33 km) y el Mar Rojo sin incidentes.

Sólo la potencia hegemónica se siente perturbada por este desafío a su “orden basado en reglas”. Le indigna que los barcos occidentales que transportan energía o bienes a Israel, lo que viola la ley, puedan ser obstruidos y que la cadena de suministro haya sido interrumpida y sumida en una profunda crisis. El objetivo previsto es la economía israelí, que ya está gravemente agotada. Una sola acción yemení resulta más eficaz que un torrente de sanciones imperiales.

Es la tentadora posibilidad de que esta única acción se transforme en un cambio de paradigma –sin retorno– lo que se suma a la apoplejía de la Hegemonía. Sobre todo porque la humillación imperial está profundamente arraigada en el cambio de paradigma.

El presidente ruso Vladimir Putin, en tono confidencial, envía ahora un mensaje inequívoco: olvídense del Canal de Suez. El camino a seguir es la Ruta del Mar del Norte, que los chinos, en el marco de la asociación estratégica Rusia-China, llaman Ruta de la Seda Ártica.

Para los atónitos europeos, los rusos detallaron tres opciones: primero, navegar 15 millas alrededor del Cabo de Buena Esperanza. En segundo lugar, utilice la Ruta del Mar del Norte, más barata y rápida. En tercer lugar, envíe la carga a través de los ferrocarriles rusos.

Rosatom, que supervisa la Ruta del Mar del Norte, destacó que los barcos sin certificación de hielo ahora pueden navegar durante el verano y el otoño, y pronto será posible navegar durante todo el año con la ayuda de una flota de rompehielos nucleares.

Todo esto es consecuencia directa de la única acción del Yemen. ¿Cuál es el siguiente paso? ¿La entrada de Yemen en BRICS+ en la cumbre de Kazán a finales de 2024, bajo presidencia rusa?

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