Palabra clave ‣ residuos
Referencias 3

Sophie Chapelle: Cuando pensamos en la contaminación plástica, visualizamos los mares de plástico descritos como el “séptimo continente”. ¿Por qué hay más peligro en el plástico que el que no podemos ver?

Nathalie Gontard: El peligro se asocia muchas veces con residuos de plástico lo suficientemente grandes como para ser visibles. Sus consecuencias no son despreciables: en cantidad, secan el suelo y asfixian a las especies que los ingieren. Pero el plástico se vuelve verdaderamente peligroso cuando ya no es visible, es decir, cuando se fragmenta en micro y nanoplásticos. Luego multiplica sus propiedades de interacción y molestias. Tiene la capacidad de transformar y absorber moléculas esencialmente hidrófobas, es decir, todos los contaminantes (pesticidas, etc.) presentes en el medio ambiente.

Los micro y nanoplásticos pueden transportar estas moléculas –a través del agua, el aire y la tierra– y entrar en todos los órganos de los seres vivos, atravesando barreras biológicas. Los encontramos asimilados en el páncreas de las gambas, en nuestra sangre, en nuestros pulmones, en nuestro hígado... ¡en todas partes!

Sin embargo, ningún ser vivo tiene las herramientas biológicas para digerir este plástico, para degradarlo por completo. El resultado es una acumulación de cuerpos extraños que provoca disfunciones biológicas, metabólicas, etc.

¿Está por delante esta ola de micro y nanoplásticos?

Hemos acumulado nueve mil millones de toneladas de plásticos en la Tierra desde la década de 1950, algunos de los cuales ya se han degradado en micro y nanoplásticos, pero la gran mayoría están en proceso de degradación, especialmente en nuestros vertederos, pero no solo eso.

Porque no sólo los plásticos de un solo uso plantean un problema, sino también los de uso prolongado, por ejemplo en la construcción o en la confección. Desde el momento en que se producen, los plásticos comienzan a desgastarse, degradarse y producir micro y nanoplásticos nocivos. Los microplásticos en el lago Lemán [allí se acumulan 50 toneladas cada año, nota del editor] provienen de prendas de fibras sintéticas que todavía se utilizan y que se emiten durante el lavado.

Los microplásticos que se encuentran en las profundidades del hielo del Ártico provienen del desgaste de los edificios, aislados con plásticos y aún en uso. Los microplásticos en el aire provienen principalmente del desgaste de los neumáticos y de las carreteras que utilizamos. La contaminación plástica es principalmente la que no vemos y emitimos durante su uso.

Se acerca la gran ola de los micro y nanoplásticos. Hablamos de una “bomba de tiempo”. Cuando produzcamos 1 kg de plástico hoy, serán las generaciones futuras las que tendrán que lidiar con todos los micro y nanoplásticos resultantes.

¿Hasta qué punto ha invadido el plástico el sector agrícola y alimentario?

Del total de plásticos que utilizamos, el 40% procede de la fabricación, transporte y envasado de nuestros alimentos, por tanto de la agricultura y la industria agroalimentaria. En este sector los usos del plástico son en ocasiones muy breves, existiendo una especie de exceso en su uso. ¡Hemos llegado al punto de consumir alimentos envasados ​​en plástico cuando no los necesitamos en absoluto! Uno de los objetivos de la ley antirresiduos para una economía circular (en vigor desde 2022) es precisamente eliminar todos estos envases innecesarios, en particular los envases de plástico para frutas y verduras frescas. Pero los lobbys industriales están tratando de retrasar la implementación de estas medidas.

¿Cuál es su opinión sobre las llamadas películas plásticas biodegradables desarrolladas desde la década de 2000, particularmente en cultivos de hortalizas y maíz?

En la agricultura, como en todos los demás ámbitos, se están desarrollando nuevas tecnologías con mucho plástico. Por ejemplo, utilizamos plásticos que se colocan en el suelo para limitar el uso de pesticidas o de riego, cultivamos en invernaderos para aumentar la productividad... Se presentan como tecnologías de transición ecológica. Esto es cierto en la medida en que reducen nuestra huella de carbono.

Por otro lado, aumentan nuestra huella plástica, es decir, su capacidad de durar miles de años en forma de micro y nanoplástico. La huella plástica no se tiene en cuenta en los análisis del ciclo de vida. Por eso algunas estrategias se basan íntegramente en el reciclaje, ¡aunque el reciclaje de plástico no existe!

¿Puede el plástico ser biodegradable?

acceder al articulo